lunes, 2 de julio de 2007

Baztan, el testigo de un siglo

1900-1915, Burgui, Navarra.

Dicen que nací tan pequeño y tan morado que nadie daba nada por mi supervivencia. De hecho, apenas habían cortado mi cordón umbilical y algunas mujeres del pueblo habían comentado en misa que la Arantxa, la francesa, había dado a luz a un hijo muerto.
Tras horas de parto, mi madre, Arantxa Remón, navarra pero nacida en Francia, estuvo inconsciente hasta dos días.
La desesperación en la familia era tanta que llamaron al cura un par de veces para darle la extremaunción. Mi padre, Josu Baztán que llevaba varios días sin dormir y solo se mantenía a base de tabaco picado y patxaran aguado tuvo que salir de la casa para no verse con el cura, al que odiaba con toda su alma. Porque una cosa eran los curas y otras la salvación del alma de su mujer y su hijo.

No hay comentarios: